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lunes, 18 de junio de 2007

Tutoria 3

DEL ÁREA GENERAL A LA RESTITUCIÓN DEL ÁREA SOCIO HUMANÍSTICA (1)

Borrón y cuento nuevo: O para lo que no sirven las
ciencias sociales ni las humanidades
A propósito de la ecología humana: una propuesta
inútil: Lo útil da identidad, lo inútil fragmenta


No paran de llover las críticas relacionadas con el infortunado proyecto de acuerdo sustituto del 111 y del 112. Se lo califica de inconveniente, insuficiente, innecesario, generalmente con acertado fundamento pero, la más de las veces, sin esfuerzos anexos que soporten académicamente la crítica. En esta tercera aparición escrita del equipo de trabajo “Tutoría”, (2) queremos profundizar en un asunto que es, en sí mismo, político: El área general del Acuerdo 052 de 2004 y su sustitución [restitución, como diría un consejero académico] por el área socio humanística.

Más allá de la cuentas de matemática elemental que muestran claramente que el problema es más de “orgullo” académico (la vocación socio humanística, más no pedagógica ni tecnológica, de la UPTC), (3) el proyecto de acuerdo cuestionado haciendo gala de la más elemental sujeción a la norma oficial propicia el abandono de los estudios humanísticos en la formación de los profesionales upetecistas. No es una simple casualidad para la orientación de los programas curriculares. Es el resultado de acoger sin reservas los criterios definidos por la política educativa nacional que se apoya no en el fortalecimiento de los programas sino en la estricta demanda de un mercado mundializado que reclama competencias laborales para el hacer, en el pragmatismo de la técnica ciega. (4)

En esta intención, la formación universitaria queda limitada al hacer pragmático desconociendo el clima intelectual y cultural que rodea el mundo académico. Es en este sentido que se asiste a la crisis no de la Universidad (en mayúscula) como categoría de la educación y de la cultura, sino de un tipo de universidad (en minúscula) diseñada para instrumentalizar un modelo económico sin fronteras a la hora de ahondar desigualdades entre ricos y pobres. La crisis se plantea en la misma proporción que la crisis ecológica y ambiental, que no es crisis de la naturaleza sino del paradigma que sustenta el crecimiento y el progreso ilimitado a partir de los elementos naturales.

Amén de la extensa y particularizada definición del área socio humanística presente en el proyecto de acuerdo sustituto, la denominada estructuración curricular se articula a una definición de área que poco tiene que ver con la naturaleza de la Universidad (en mayúscula). Lo propio de la Universidad no es el agrupamiento de saberes, prácticas y competencias, entendibles en términos del mercado laboral que espera a los egresados para ejercer su práctica profesional. Lo propio de la Universidad es el conocimiento cuya selección, “…permite apropiarse de otros discursos (por ejemplo, los discursos de las disciplinas) y potenciarlos como conocimientos válidos susceptibles de ser trasmitidos en la práctica pedagógica.” (5)

En el mismo texto, Mario Díaz Villa define las áreas como “…los espacios demarcados que reúnen conocimientos [el subrayado es nuestro] organizados dentro de un componente y que cumplen unos propósitos formativos específicos.” (6)

De la larga lista presentada hacen parte temáticas disímiles que, incluso, algunas estarían mejor “ubicadas” (curricularmente) en el área interdisciplinar. La ecología humana, a manera de ejemplo, está allí para cumplir con la carga ideológica y política que desde afuera se le quiere imponer a la educación universitaria. Forma parte de una “…visión común antipolítica que se niega a reconocer la dimensión antagónica de lo «político». (7)

Para conocer cómo surge esta propuesta es necesario entender cómo los académicos gringos acogen esquemas teóricos de la ecología vegetal y animal así como del determinismo geográfico impulsado por la Geografía ambientalista de finales del siglo XIX. Para estas tradiciones científicas y académicas la competencia es considerada como el fundamento de las relaciones sociales.

Apoyados en una visión darwinista y un craso determinismo acuñaron el infortunado concepto de ecología humana, el cual fue acompañado de una serie de criterios como dominio, sucesión, invasión, simbiosis, supervivencia de los más aptos y competencia, los cuales fueron aplicados a través de esta propuesta de la ecología humana a las sociedades humanas. Esta fue la tarea emprendida por Robert Park, Ernest Buegess y R. Mackenzie en la Escuela de Chicago, hacia los años 30´s del siglo XX. Las ciudades crecen como lo hacen las poblaciones vegetales mediante procesos de sucesión. La ciudad considerada es como un organismo y su desarrollo entendido como procesos metabólicos vinculados con procesos de invasión, asimilación y rechazo.

Lo que encontramos con la propuesta de una ecología humana es un proceso de naturalización de la organización social, una negación de las construcciones materiales y simbólicas que las sociedades humanas han organizado y establecido en sus contextos biofísicos donde han surgido y desde donde han partido, no sólo adaptándose sino transformando el entorno y transformándose como seres portadores de cultura y de conciencia. De tal manera que las interacciones mutuas entre la naturaleza y la cultura han convergido sobre un orden simbólico y material que originaron territorios y definieron espacialidades en donde no es posible separar ecosistemas de tramas culturales ni procesos naturales de interacciones sociales.

La ecología humana es una propuesta fallida, equívoca y peligrosa, pues no sólo nos retrotrae a interesados proyectos imperialistas para conquistar, someter, saquear, dominar naciones, territorialidades y pueblos, sino que se convierte en un elemento distorsionador de las realidades socio-espaciales y enajenador de las mentalidades y los procesos formativos de nuestras generaciones futuras. Sin desconocer la pertinencia y continuidad de la naturaleza inorgánica y orgánica en los procesos de construcción de las sociedades humanas, es inaceptable acoger una propuesta reduccionista, naturalista y parcial como la de la ecología humana; pues no sólo somos naturaleza sino que nuestra realidad socio-natural de cuenta de amplios procesos de autotransformación a través de los cuales se ha logrado convivir creando condiciones de equilibrio y equidad con las estructuras ecosistémicas y las construcciones culturales.

El ser humano no es sólo el reflejo de su ambiente, sino que éste contiene la cultura, las instituciones, el hábitat, la economía, la ciudadanía y las sociedades en general. La ecología humana es una pseudo propuesta jugada por la política imperial norteamericana para subyugar y oprimir a los pueblos y naciones del mundo. Sus conceptos como su lenguaje tienen el aparente soporte de la cientificidad, pero en la práctica conducen a la confusión y a la construcción de una torre de Babel en el ambientalismo contemporáneo.

Volver a los planteamientos ambientales de la Escuela de Chicago es retroceder un siglo de luchas, planteamientos y estrategias desarrolladas en torno a la sustentabilidad de la vida, la naturaleza y la cultura. La ecología humana es una propuesta que donde se implemente torna inviable cualquier proyecto de investigación o de formación académica, tanto en la Escuela como en la Universidad. Ni siquiera el neoliberalismo y su paraguas de la globalización las necesita. Propiciar la ecología humana como base de formación socio-humanística Upetecista es la forma de construir la incapacidad de pensarnos y cuestionarnos así como de aceptar en la indefensión y la soledad, la pasividad, promovida por la inercia de propuestas tecnocráticas. La fatalidad no ha de constituir la razón de ser en el mundo que vivimos y anhelamos. Una propuesta tan sesgada y reduccionista como la de ecología humana nos puede calificar dentro de un orden material, ecológico y tecnológico, pero no nos define en los órdenes cultural, espiritual y ambiental.

Sin lugar a dudas, la problemática ambiental y sus expresiones sociopolíticas movidas por el ambientalismo, nos dice que no se trata del ecologismo romántico humano o inhumano. Por el contrario, le preocupa la erosión de la razón, la falta de un saber que articule los resultados del pensar, de reconocer la ciencia en sus maravillas y miserias, de promover los cambios de mentalidad y de sentido, de resistir al orden internacional que degrada la naturaleza y empobrece al ser humano, de adecuar las sociedades humanas y sus acciones a la capacidad del planeta, de rescatar la memoria perdida, buscando la libertad y no nuevas prisiones; de recuperar la inteligencia anticipatoria y emancipadora que prevé las consecuencias de nuestros actos.

Qué distinta una cátedra de pensamiento ambiental con los contenidos precedentes. No la ecología humana con sus distorsionantes y equívocas fundamentaciones. Qué significativas las simpatías y empatías que producen un pensamiento vivo, actuante y significativo frente a las antipatías de la dominación imperialista de la ciencia oficial.

No más esquemas mentales, no más disfraces. No queremos deformar a nuestros jóvenes con esas cátedras “novedosas” para que en el desorden que produce la acumulación de dinero, nuestros jóvenes se conviertan en seres inconcientes, desposeídos, negados, es decir, en combustible barato para reproducir la riqueza y la miseria. La propuesta de imponer una ecología humana no hace más que completar el currículo de una existencia marginal.

En la construcción del porvenir las políticas excluyentes y fascistas no tienen lugar. Es necesaria una responsabilidad ética y política que no desarticule el sentido de la vida, que promueva la reflexión para comprender la ideología de las instituciones, las relaciones de poder y la cultura como civilización antidemocrática. En este parámetro se fija la problemática ambiental que confronta y redefine el pensamiento dominante. Es lo ambiental y no la ecología humana lo que permite fundar una visión nueva, unas propuestas promisorias, un pensamiento radical centrado en las preocupaciones humanas en el bienestar y la calidad de vida unida al bienestar de la naturaleza y de nuestros destinos comunes.

Ni la academia distorsionante, ni la razón técnico-científica, ni la tecnoburocracia reaccionaria o retardataria son ya suficientes. Las juventudes upetecistas requieren de propuestas y programas académicos propios donde puedan inscribir sus vidas, sus proyectos de futuro, sus sueños y sus luchas, sin sentir que la frustración nace desde los mismos discursos del saber-poder despótico.

Notas al pie

1 Equipo de Trabajo “Tutoría”, UPTC Chiquinquirá. Tutoría: tirar línea para “acompañar” la discusión académica en la UPTC

2 Se encuentran en salmuera sendos documentos sobre, “Lo lúdico como accesorio y requisito en la propuesta sustituta”, “La tutoría y el sistema tutorial”, y “Hacia una gestión de saberes en los programas de pregrado de la UPTC”. Todos elaborados en el marco de la discusión actual sobre política académica que se adelanta en nuestra Universidad.

3 Es innegable la fortaleza del campo socio humanístico que se desprende del Acuerdo 052. Tanto en términos del rango porcentual asignado (hasta el 20% del total de créditos en cada programa), como de la obligatoriedad para ofrecer cursos electivos que, sin duda alguna, son los que le dan forma, en lo académico, a la flexibilización curricular. ¿De qué manera los estudiantes pueden elaborar sus propias rutas de formación en una propuesta que de entrada es inflexible? Puro orgullo académico, ¡nada más!

4 El nuevo modelo ha colocado a la universidad en el umbral de las nuevas formas de producción del conocimiento acercándola a la educación para el trabajo, frente a las exigencias provocadas por los cambios en el mercado laboral. Igualmente se exigen competencias compatibles con las actuales formas interactivas y abiertas de la nueva cultura del trabajo, entre otras: la adaptabilidad, la polivalencia, el trabajo en equipo.

5 DÍAZ VILLA, Mario. Flexibilidad y Educación Superior en Colombia. Serie Calidad de la Educación Superior Nº 2. Bogotá: ICFES – MEN, 2002, p. 70.

6 Ibídem, p. 76.

7 CHANTAL MOUFFE. En torno a lo político. Fondo de Cultura Económica. http//by108fd.bay108.hotmail. msn.com

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